Hoy 20 de octubre de 2012 se cumplen 30 años en que un hijo distinguido de este territorio patrio recibía una gran noticia de la Academia Sueca, la encargada de los Premios Nobel de Literatura: había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
Se trata de Gabriel García Márquez, conocido cariñosamente como Gabo, nacido el 6 de marzo de 1928, en un pequeño pueblo de la costa atlántica colombiana llamado Aracataca, del hogar formado por don Eligio García y doña Luisa Santiaga Márquez.
En 1967, en el mes de junio, aparece la primera edición de la novela que como el propio novelista explica: “Quise dejar constancia poética del mundo de mi infancia, que transcurrió en un casa grande, muy triste, con una hermana que comía tierra y una abuela que adivinaba el porvenir, y numerosos parientes de nombres iguales que nunca hicieron mucha distinción entre la felicidad y la demencia”. Se trata de Cien Años de Soledad, edición que se agotó en pocos días y por la cual tal vez es más conocido alrededor del mundo.
Pablo Neruda, el gran poeta chileno también Premio Nobel de Literatura opinó: «Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote». Cien Años de Soledad constituye un hito en Latinoamérica, como uno de los libros que más traducciones tiene, más de treinta idiomas, y que mayores ventas ha logrado a nivel mundial.
Los Escritores Hispanoamericanos que han sido galardonados con el Premio Nobel de Literatura son: Gabriela Mistral (Chile, 1945); Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1967); Pablo Neruda (Chile, 1971); Gabriel García Márquez (Colombia, 1982): Octavio Paz (México, 1990) y Mario Vargas Llosa (Perú, 2010)
En la entrega del Premio realizada en Estocolmo, Suecia, el 7 de diciembre de 1982 García Márquez concluyó formulando un deseo: el de “una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.
Con motivo de la entrega del Premio Nobel de Literatura, el gobierno colombiano, programó una serie de actividades, entre otras una Emisión Postal denominada “Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura”, mediante Resolución Nº 2532 del 4 de noviembre de 1982.
La emisión, La emisión postal “Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982” consta de 64.000 pliegos, para un total de 3.200.000 estampillas.
El pliego. El pliego contiene 50 estampillas.
Las estampillas. Las estampillas, en tamaño de 30 x 40 mm, bicolor, en papel tipo tropical y goma PVA tropicalizada, tienen tres valores faciales: $ 7 para Correo Nacional y $ 25 y $ 30 para Correo Aéreo. Las estampillas tienen como ilustración la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda.
El sobre de primer día. Se imprimieron 10.000 sobres de primer día, siendo éste el 10 de diciembre de 1982 en la ciudad de Bogotá, Colombia.
A propósito de la emisión el Nobel Gabriel García Márquez expresó: «El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor».
Estimado Gerardo:
Muchas gracias por esta noticia. Muy interesante.
Un homenaje más para uno de los grandes de la literatura de nuestro idioma.
Saludos.
Octavio Chapa
Monterrey, México
Buenas Noches, quisiera saber que precio tendria actualmente la estampilla de $25 y de $7 pesos del Nobel de Literatura emitida en el año de 1982.
Agradezco la colaboracion
El dibujo del costillar del buque-velero (galeón) nos pareció bellísimo!
El hallazgo del galeón, indicio de la proximidad del mar, quebrantó el ímpetu de José Arcadio Buendía. Consideraba como una burla de su
travieso destino haber buscado el mar sin en-contrarlo, al precio de sacrificios y penalidades sin cuento, y haberlo encontrado entonces sin
buscarlo, atravesado en su camino como un obstáculo insalvable. Muchos años después, el coronel Aureliano Buendía volvió a atravesar la
región, cuando era ya una ruta regular del correo, y lo único que encontró de la nave fue el costillar carbonizado en medio de un campo de amapolas.
Sólo entonces convencido de que aquella historia no había sido un engendro de la imaginación de su padre, se preguntó cómo había podido el galeón adentrarse hasta ese punto en tierra firme. Pero José Arcadio Buendía no se planteó esa inquietud cuando encontró el mar, al cabo de otros cuatro días de viaje, a doce kilómetros de distancia del galeón. Sus sueños terminaban frente a ese mar color de ceniza, espumoso y sucio, que no merecía los riesgos y sacrificios de su aventura.
-¡Carajo! -gritó-. Macondo está rodeado de agua por todas partes.
Gracias mil, apreciado Gerardo.
Qué bella memoria y homenaje! Gracias millones. Lo difundiremos (enetecearemos).
NTC, Cali, Colombia.