Después de 18 años de la visita de S.S. Pablo VI, llegó a Colombia en 1986 uno de los Papas más carismáticos de la historia: S.S. Juan Pablo II. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica, después del de San Pedro, 37 años y el de Pío IX 31 años.
Juan Pablo II fue uno de los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitó 129 países, durante su pontificado, entre ellos Colombia; por eso es conocido como el Papa Viajero
Visita de S. S. Juan Pablo II a Colombia. 1986
Juan Pablo II (Karol Józef Wojtyła) polaco. Papa 264.
Beatificación: 1 de mayo de 2011, por el Papa Benedicto XVI. Canonización: 27 de abril de 2014; por el Papa Francisco.
Juan Pablo II fue el segundo Papa en visitar a Colombia, en 1986. Su permanencia fue más prolongada que la del Papa Pablo VI, siete días, en los que en una maratónica peregrinación, recorrió diez ciudades del país.
Juan Pablo II, llegó a Bogotá el 1 de julio de 1986. Fue recibido en el aeropuerto por el presidente Belisario Betancur y, al igual que Pablo VI, besó el suelo colombiano. Miles de personas volvieron a concentrarse por toda la Avenida El Dorado, por donde atravesó el papamóvil que lo llevó hasta la plaza de Bolívar.
La gira del Papa Juan Pablo II continuó en Chiquinquirá, el 2 de julio, donde celebró su primera eucaristía en Colombia, donde se declaró devoto de la Virgen de Chiquinquirá, la Patrona de los colombianos.
El 3 de julio llegó a Cali, capital del Departamento del Valle del Cauca, donde cerca de 18.000 niños de unos 500 colegios lo recibieron en el Parque de la Caña. La ciudad celebró sus 450 años de vida con la visita del Papa, en 1986.
El 4 de julio el Papa Juan Pablo II visitó Popayán, en el Departamento del Cauca, cuando la ciudad aún presentaba visibles vestigios del terremoto que había padecido 3 años atrás.
El mismo día también visitó el Puerto de Tumaco en el Departamento de Nariño, donde sorprendió al romper todas las previsiones de seguridad y visitar la vivienda de Virgilio Arroyo y la de Carmen Peña, personas campesinas de escasos recursos, a quienes sorprendió el Papa con su presencia.
En la noche regresó a Cali donde ofreció una misa en el sector de las piscinas Panamericanas.
El 5 de julio aterrizó en Medellín, en el Departamento de Antioquia. Allí lo recibieron cerca de 20.000 personas en el estadio Atanasio Girardot, la máxima capacidad que tenía el Estadio en esa época.
EL 6 de julio fue uno de los días más intensos de la visita del Papa Juan Pablo II a Colombia. La primera ciudad que visitó ese día fue Bucaramanga, capital del Departamento de Santander. El Papa llegó en la mañana al aeropuerto Palonegro y de allí se desplazó en un helicóptero hasta el Seminario Mayor de Floridablanca.
Según registran las crónicas de prensa de la época, ese día el Papa Juan Pablo II se subió 14 veces a un medio de locomoción: tres aviones, seis helicópteros y cinco carros, incluido el papamóvil.
El acto más emotivo de esa jornada fue la visita de Juan Pablo II a las ruinas de Armero, en el Departamento del Tolima, pueblo que prácticamente quedó convertido en un camposanto tras la avalancha del volcán Nevado del Ruiz, siete meses antes. El papa Juan Pablo II declaró Campo Santo la zona de desastre de la tragedia de Armero.
Después de la visita a Armero y Lérida en el Departamento del Tolima, el Papa Juan Pablo II viajó a Cartagena, Departamento de Bolívar. En la noche celebró una misa en el Santuario de San Pedro Claver, el Santo de los Esclavos.
El 7 de julio, último día de la visita, el Papa Juan Pablo II ofreció una liturgia en la Plaza de la Paz de la Catedral de Barranquilla, departamento del Atlántico. Acto seguido bendijo y coronó a la Virgen María Auxiliadora con un cetro y una corona de plata que donaron las ex alumnas del colegio María Auxiliadora. Posteriormente fue despedido en el aeropuerto Ernesto Cortissoz.
Estimado Gerardo,
Buen artículo, muy completo.
Le remito imágenes de otros sobres de primer día.
Saludos,
Carlos I. Pérez
Agradecimiento.
Gracias don Gerardo por sus siempre interesantes envios.
Cordial saludo
Fernando Carlos Avendaño Puche